Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad de los huesos, sistémica y autoinmune. Se caracteriza por una reducción de la masa ósea y la alteración de la microarquitectura del tejido óseo.

Esta enfermedad genera una rarefacción ósea progresiva y una desmineralización ósea, también llamada descalcificación.

Esto se debe a la reducción en la cantidad de calcio y otros minerales en los huesos del esqueleto.

En pocas palabras, la falta de calcio hace que los huesos se debiliten y se vuelvan más propensos a las fracturas. Estas fracturas no son necesariamente causadas por un trauma, pero también pueden depender de otras razones como condición de estrés.

La osteoporosis puede afectar a todos los huesos del esqueleto, de hombres y mujeres de todas las edades. Cuando se trata de todo el esqueleto hablamos de  osteoporosis difusa.

Otras veces, sin embargo, la enfermedad se localiza en áreas más específicas del cuerpo. En este caso, las formas más comunes son la osteoporosis del fémur, la osteoporosis lumbar, la de las manos, la de la cadera y también la osteoporosis de la columna vertebral.

El diagnóstico de la osteoporosis puede ser realizado por un médico especialista, generalmente un ortopedista.

El examen de referencia es la densitometría ósea, también llamada MOC, o «mineralometría ósea computarizada».

También pueden ser útiles otros exámenes.

Los análisis de sangre, por ejemplo, pueden determinar valores como la calcemia, que indica el contenido de calcio en la sangre.

Los síntomas

Los síntomas de osteoporosis no aparecen de forma inmediata. Los primeros dolores se perciben cuando la patología ya ha comenzado a debilitar los huesos.

Por lo general, estos dolores son causados por la fractura o el colapso de las vértebras, pero también pueden depender de la fractura de la muñeca, del fémur o de otros huesos.

Los síntomas pueden ocurrir en diferentes situaciones dependiendo de la forma de osteoporosis.

En el caso de la osteoporosis lumbar y la osteoporosis de cadera, los primeros síntomas pueden aparecer después de estar de pie durante mucho tiempo y desvanecerse cuando se acuesta, especialmente al dormir por la noche.

Además, en la osteoporosis de la cadera, el fémur y la columna vertebral, a veces los síntomas pueden percibirse solo después de que se rompe la cadera, el fémur o la vértebra.

En el caso de la osteoporosis de las manos, los síntomas no deben confundirse con los de la osteoartritis. La artrosis, de hecho, es una enfermedad que no afecta a los huesos sino a las articulaciones.

Las causas

Las causas de la osteoporosis son muchas y diferentes.

Los factores de riesgo pueden reducirse parcialmente, pero algunos de estos, como la edad, el género, el origen étnico o los antecedentes familiares, no son controlables.

Las mujeres, por ejemplo, se ven más afectadas que los hombres. Esta diferencia puede verse cuando llega la menopausia. En este periodo se reduce la producción de estrógenos, contribuyendo a la reducción de la masa ósea.

Entre los factores de riesgo que se pueden controlar, si no se eliminan, está el abuso de alcohol, café, sal e integradores de fibra.

Un estilo de vida sedentario y la falta de calcio y vitamina D también pueden prevenir el crecimiento óptimo del esqueleto y aumentar las posibilidades de ser afectados por la osteoporosis. La deficiencia de calcio y vitamina D conduce a la descalcificación de los huesos.

Por último, otro factor de riesgo que se debe tener en cuenta es el hecho de haber sufrido fracturas debido a la fragilidad en el pasado.

Cómo curar la osteoporosis

Como ya se mencionó, el diagnóstico de la osteoporosis puede ser realizado por un médico especialista, a través de un examen llamado densitometría ósea (MOC). Hoy en día, el MOC se lleva a cabo utilizando una técnica de absorción de rayos X también llamada DEXA.

El MOC puede identificar o confirmar un diagnóstico de osteoporosis, determinar el riesgo de fracturas futuras y controlar los efectos del tratamiento. Sin embargo, el controle solo es posible si se lleva a cabo a intervalos regulares.

¿Cuáles son los posibles tratamientos para la osteoporosis?

Aunque no es posible curarse permanentemente, seguir una dieta sana y equilibrada es el primer tratamiento para la osteoporosis. La dieta debe incluir un aporte importante de calcio y vitamina D y debe ser rica en frutas y verduras. También debe ir acompañada de un estilo de vida saludable.

Dejar de fumar y minimizar el consumo de alcohol es una de las condiciones más importantes en el tratamiento de la osteoporosis, mientras que la actividad física es especialmente importante en la prevención, especialmente cuando está al aire libre.

Si el médico lo prescribe, también es posible llevar a cabo una terapia basada en fármacos bifosfonatos, que puede reducir la resorción ósea. Como alternativa se pueden tomar fármacos que estimulen la formación de tejido óseo.

En cuanto a la fisioterapia instrumental, magnetoterapia está especialmente indicada para el tratamiento de tejidos duros, para la calcificación ósea tardía y, por lo tanto, también para la osteoporosis.

Como se mencionó, es una patología sistémica, que involucra todo el sistema esquelético de nuestro cuerpo.

Por lo tanto, es útil un tratamiento que permite intervenir simultáneamente en todas las áreas involucradas en la patología, dejando al paciente cómodo durante las diferentes horas de tratamiento recomendadas. Para estos tratamientos en todo el cuerpo, lo ideal es usar un aplicador como el Osteomat que proporcione una superficie cómoda sobre la cual se pueda tumbar durante la terapia nocturna.

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