Artritis

La artritis es una condición inflamatoria que afecta a las articulaciones, o bien a las estructuras que unen los huesos.

Está caracterizada por hinchazón, inflamación, enrojecimiento, rigidez y dolor, así como el aumento de la temperatura en la zona afectada. En los casos más graves se puede llegar incluso a la deformación de las articulaciones.

Es fundamental diferenciar la artritis de la artrosis, ya que a menudo se confunden ambas patologías.

De hecho, a pesar de tener algunas características en común, la artrosis no es una enfermedad inflamatoria sino una forma crónica degenerativa.

Tipos de artritis

Existen diferentes tipos de artritis, con causas y características diferentes entre ellas.

LA ARTRITIS REUMATOIDE

La artritis reumatoide es la forma más común. Se trata de una enfermedad autoinmune que aparece después de un mal funcionamiento del sistema inmunológico y causa inflamación crónica de las articulaciones.

Además de aquellos genéricos de la artritis, los síntomas de la artritis reumatoide son:

  • Cansancio
  • Fiebre
  • Pérdida de peso
  • Dolores
  • Pérdida de funcionalidad de las articulaciones
  • Hipotrofia muscular

A menudo afecta también las muñecas y las manos Más raramente también afecta el cuello, hombros, codos, caderas, rodillas, tobillos y pies.

Además, hay algunos síntomas modestos que pueden aparecer bastante temprano, como hinchazón y enrojecimiento de las articulaciones y dificultades para moverse tan pronto como se despierta.

Es muy difícil hacer un diagnóstico de artritis reumatoide. Tanto porque los primeros síntomas se desarrollan lentamente y gradualmente, y porque no hay un examen específico para esta enfermedad.

Como regla general, el médico realiza una anamnesis, solicitando al paciente una descripción de los síntomas y reconstruyendo su historial médico y el de sus familiares.

A continuación, el médico examina la salud del paciente y, en particular, los reflejos, la fuerza muscular y la piel.

En algunos casos, puede ser útil tomar una radiografía, pero también hay pruebas de laboratorio que pueden confirmar el diagnóstico del médico. Estos incluyen la Prueba de Reuma y el Anti-CCP.

Para el tratamiento de la artritis reumatoide es muy importante comenzar la terapia cuando la enfermedad aún se encuentra en sus primeras etapas. Esto reduce el dolor y detiene o ralentiza el proceso de deformación que desgasta las articulaciones. Así el sujeto puede seguir trabajando sin impedimentos.

Puede verse afectado por la artritis reumatoide a cualquier edad, incluso por niños en la forma infantil de la enfermedad. También hay una forma de artritis reumatoide juvenil que entra en la categoría de artritis idiopática juvenil (AIJ). Sus causas aún no han sido identificadas.

Los tratamientos para la artritis reumatoide prevén el suministro de:

  • Fármacos analgésicos, para reducir el dolor
  • Fármacos corticosteroides o antiinflamatorios no esteroideos (AINES), para reducir la inflamación

El tratamiento para la artritis reumatoide pasa también por el estilo de vida y la alimentación.

Es importante encontrar un equilibrio entre el descanso y el ejercicio, así como tomar una buena cantidad de calorías, proteínas y calcio.

También existen curas naturales y remedios que pueden aliviar el dolor de las articulaciones, como los baños de lodo y la garra del diablo. Este último se puede usar en forma de ungüento o gel, o se puede tomar por vía oral en forma de extracto seco o en tintura madre.

Desafortunadamente, estos remedios no pueden usarse para contrarrestar las causas de la enfermedad.

LA ARTRITIS PSORIÁSICA

Hay otra forma de artritis, que en un caso en 4 es muy similar a la reumatoide. Es la artritis psoriásica, una de las formas más complejas de esta enfermedad, caracterizada por la inflamación crónica de las articulaciones.

Puede afectar a cualquier articulación y también se manifiesta con dolor, hinchazón y rigidez articular.

Las causas aún son desconocidas, pero algunos estudios sugieren que existe una predisposición genética a contraer la enfermedad. Las articulaciones y otros tejidos serían atacados por el sistema inmune de los sujetos predispuestos.

Un diagnóstico temprano de la enfermedad es esencial para identificar terapias que ayuden a prevenir el empeoramiento de los síntomas.

Al igual que en el caso de la artritis reumatoide, la terapia farmacológica implica el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) durante un período limitado.

Los médicos también aconsejan la actividad física y contactan a un fisioterapeuta para mantener las articulaciones activas y funcionales.

Otros remedios naturales para la artritis psoriásica incluyen la aplicación de gel de aloe vera y el consumo de cúrcuma.

Además, es importante seguir una dieta que consiste en alimentos que no te hacen engordar y que no aumentan la inflamación. Por lo tanto, no se recomiendan las carnes rojas, los alimentos en conserva y los que contienen gluten y proteínas animales.

OTRAS FORMAS DE ARTRITIS

Entre las formas menos comunes de artritis, se debe mencionar la artritis reactiva, también conocida como espondiloartritis. Es una enfermedad infecciosa y autoinmune que, además de las articulaciones, también puede afectar los ojos y la uretra. En estos dos últimos casos también se le llama Síndrome de Reiter. Se trata principalmente con fármacos paliativos.

Otra forma de artritis es la séptica, caracterizada por una infección bacteriana que afecta la articulación. Normalmente esta enfermedad es tratada con fármacos antibióticos.

La artritis gotosa, por otro lado, es una disfunción metabólica seguida de la deposición de cristales de ácido úrico en las articulaciones. Esto implica manifestaciones repentinas de dolor (especialmente en la noche), inflamación en los tejidos de las articulaciones y signos de hinchazón.

Los síntomas de la artritis pueden afectar inicialmente las manos, los dedos y las muñecas. Los más importantes son el dolor, la hinchazón, la rigidez y la deformación.

Estos síntomas se manifiestan de forma simétrica. Esto significa que si los síntomas tienden a aparecer en la mano derecha, entonces también se manifestarán en la izquierda.

Pero las manos no son la única zona afectada por esta enfermedad. Entre las otras áreas a menudo afectadas por la artritis se encuentran también el hombro, el codo y la rodilla, siempre de manera simétrica.

Cuando la enfermedad afecta a varios órganos sin distinción podemos hablar de artritis indiferenciada.

El diagnóstico

Como ya se ha visto, laartritis es una enfermedad que se manifiesta de forma gradual. A menudo es difícil reconocer los síntomas cuando todavía está en sus primeras etapas.

Sin embargo, si observa una inflamación articular que dura más de 6 semanas, consulte con su médico.

Distinguir las diversas formas de artritis puede ser complicado. Por esta razón, es importante evaluar los síntomas y excluir ciertos tipos, así como la presencia de otras enfermedades.

Para hacerlo no existe un solo examen. De hecho, el médico puede elegir diferentes enfoques para el proceso de diagnóstico.

Una vez que se ha tomado la anamnesis, las pruebas más comunes son las pruebas de sangre y orina. Otro análisis a realizar es el del líquido sinovial presente en las articulaciones.

Para el diagnóstico, también puede ser necesario confiar en los rayos X, la tomografía computarizada y la resonancia magnética.

Además, puede ser útil realizar una ecografía o, en algunos casos, una pequeña operación en artroscopia.

Las causas

Las causas de la artritis pueden ser de origen traumática, metabólica, infecciosa, autoinmune e idiopática.

En el caso más común, la artritis reumatoide, la enfermedad depende de un mal funcionamiento del sistema inmunológico.

Todavía no se sabe con certeza por qué el sistema inmunológico ataca sus propios tejidos, pero los factores genéticos y ambientales se encuentran entre los factores de riesgo.

Otros posibles factores de riesgo están relacionados con la edad, el sexo, el consumo de anticonceptivos, el tabaquismo y otros factores hormonales y alimentarios. Por ejemplo, las mujeres corren mayor riesgo que los hombres.

También con respecto a la artritis psoriásica, algunos estudios afirman que parece haber una predisposición genética a contraer la enfermedad.

En el caso de la artritis reactiva, infecciosa y autoinmune, los agentes patógenos bacterianos involucrados son microorganismos. Entre estos se pueden citar la clamidia, la salmonela, la shigella, la yersinia y el campylobacter.

Otra forma de artritis, la séptica, se debe a infecciones en la articulación.

La artritis gotosa, por otro lado, es causada por la deposición de cristales de ácido úrico en las articulaciones.

Los síntomas

Los síntomas de artritis más comunes son:

  • Dolor
  • Hinchazón
  • Calor
  • Enrojecimiento
  • Rigidez de las articulaciones
  • Pérdida de funcionalidad de las articulaciones

Estos generalmente se desarrollan gradualmente en un intervalo de varias semanas. En algunos casos, sin embargo, no se puede excluir que la enfermedad empeore más rápido de lo previsto.

En el caso de la artritis séptica, otros síntomas evidentes son fiebre y escalofríos. En la artritis gotosa, por otro lado, también hay inflamaciones, conocidas como «tofos».

En cuanto a la artritis reumatoide, al ser una enfermedad sistémica, puede afectar a varios órganos y sistemas. Las consecuencias son graves y empeoran el cuadro clínico del paciente.

Otros síntomas posibles son:

  • Sensación de cansancio
  • Pérdida de peso
  • Dolor muscular

Las terapias

Actualmente no existe un tratamiento definitivo para la artritis reumatoide. Sin embargo, existen algunas terapias que reducen el dolor percibido por el paciente y mejoran su movilidad.

En primer lugar, el paciente debe alternar períodos de descanso con actividad física adecuada. Esto es para evitar consecuencias, como el aumento de peso, que favorecen el desarrollo de la artritis.

Entre los remedios naturales se puede utilizar la terapia de frío y calor.

La terapia de frío implica la aplicación de apósitos de hielo o aerosoles en la articulación afectada. De esta manera los nervios se vuelven menos sensibles y se reduce el dolor.

El uso de microondas, vapor y ultrasonidos, por otro lado, es útil para aumentar el flujo sanguíneo.

En cuanto a la terapia con medicamentos, al principio es posible tomar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y corticosteroides.

En el tratamiento de la artritis psoriásica en formas más leves, los AINE son a menudo la única terapia utilizada.

Sin embargo, es importante no seguir tomando estos medicamentos durante mucho tiempo para no sufrir sus efectos secundarios.

Los AINE pueden contribuir a la aparición de dolor de estómago, hipersensibilidad y úlceras. Los corticosteroides, por otro lado, pueden causar diabetes, presión arterial alta, hinchazón de la cara, adelgazamiento de los huesos y otros efectos secundarios.

En algunos casos especiales y exclusivamente para pacientes con artritis reumatoide, el médico puede prescribir medicamentos biológicos.

En cuanto a la artritis deformante en las manos, el cuidado también se aplica a los remedios naturales, que incluyen:

  • Aceite de ricino, que contiene un ingrediente activo (ácido ricinoleico) con acción antiinflamatoria y analgésica.
  • Las semillas de alholva, que tienen efectos antiinflamatorios y antioxidantes.
  • La cúrcuma, que tiene propiedades antiinflamatorias, antisépticas, antibacterianas y antioxidantes.
  • Las sales de Epsom, que relajan las articulaciones aliviando el dolor y reduciendo la inflamación y la rigidez

En el caso específico de la artritis reumatoide, el uso de ultrasonidos y magnetoterapia puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación.

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