La contractura muscular es una contracción anómala de las fibras musculares. Es decir, en lugar de relajarse, las fibras permanecen contraídas generando dolor.
De todas formas la contractura es la menos grave de las lesiones musculares.
Cuando el dolor afecta los músculos de la espalda, puede confundirse con una inflamación o con un desgarro muscular.
Una contractura puede simplemente ser provocada por un simple enfriamiento en la espalda. Pero puede darse el caso que no se relacione a ningún episodio específico.
Un ejemplo son los dolores de espalda estivos que afectan a los músculos dorsales y lumbares. Estos, así como la tortícolis, también pueden ser causados por el aire acondicionado que se mantiene durante la noche.
Los atletas que han estado entrenando durante muchos años, por otro lado, saben cómo reconocer la gravedad de la situación más fácilmente.
Un futbolista que sienta molestias en el muslo, el cuadríceps o el bíceps femoral probablemente solo tendrá una contracción muscular el día después de un entrenamiento.
Si, por otro lado, el dolor en el muslo ocurre repentinamente durante un juego, es más probable que sea un estiramiento o un desgarro muscular. En este caso, es recomendable consultar a un médico para el diagnóstico, como veremos en los siguientes párrafos.
Entre las contracturas más comunes se encuentran la contracción muscular de la pantorrilla, el trapecio, el aductor, el hombro, los músculos lumbares y del cuello, o cervical.
Los síntomas
Los síntomas relacionados con una contracción muscular dependen del músculo afectado, pero todos se pueden remontar a un solo síntoma: un dolor muscular moderado que se extiende por toda el área afectada.
La principal consecuencia es un aumento exagerado del tono muscular, llamado hipertonía. Esta condición puede ser percibida no solo por el sujeto interesado sino también por el tacto. La palpación puede incluso causar dolor agudo en ciertos puntos precisos del músculo, donde se crea una especie de nudo.
En el caso de un endurecimiento muscular de la pantorrilla, los síntomas pueden parecerse a los de un calambre.
La principal diferencia es que los calambres generalmente son causados por factores metabólicos y de energía. Además, la curación de una contractura lleva mucho más tiempo.
Además de la llamada «pantorrilla dura» típica de los corredores, otros atletas que practican deportes a un nivel competitivo pueden sufrir dolor muscular en la espalda y el cuádriceps.
Cuando el dolor afecta al músculo del muslo, los síntomas pueden parecerse a los de un desgarro muscular, aunque este último causa un dolor mucho más intenso.
El diagnóstico
El diagnóstico generalmente lo realiza el médico de atención primaria o en la sala de emergencias.
Una contractura no es grave pero, dado que no siempre es fácil reconocer los síntomas, es importante excluir de inmediato las lesiones más graves.
Si prefiere consultar a un médico especialista, es recomendable hablar con un médico deportivo o un fisioterapeuta.
Las causas
Una contractura se produce cuando el tejido muscular está estresado por un movimiento más allá del límite de tolerancia fisiológica. Las fibras aumentan de tono, pero no sufren ningún daño o rotura.
Las causas pueden ser representadas por movimientos repentinos y repentinos o por esfuerzos demasiado intensos.
En algunos casos, las consecuencias de estos movimientos se deben a la falta de calentamiento o al calentamiento insuficiente. En otros casos, la contractura puede depender de errores en la fase de preparación física de un atleta.
Las personas que llevan un estilo de vida sedentario pueden sufrir más fácilmente en caso de excesos. Esto se debe principalmente a la incapacidad de controlar los propios esfuerzos.
Otros sujetos en riesgo son aquellos que sufren problemas musculoesqueléticos, como problemas de postura, asimetría de las extremidades o músculos debilitados por patologías.
Las terapias
Por lo general, el período de recuperación muscular dura unos pocos días, pero es necesario descansar y evitar el estrés en el área afectada por el dolor.
Entre los remedios naturales más comunes existen:
- La aplicación de apósitos calientes, para aumentar el flujo de la sangre y hacer que la recuperación sea más rápida
- La realización de masajes para relajar el músculo.
Es importante tener en cuenta que los apósitos calientes no tienen que utilizarse en presencia de lesiones de tipo vascular.
En caso de necesidad, el médico puede prescribir el suministro de un fármaco descontracturante o bien de fármacos antidoloríficos, antiinflamatorios para los músculos y miorelajantes. Sin embargo, el uso de fármacos no es la norma, aunque se encuentra entre los remedios más comunes para las distensiones musculares.
La ultrasuonoterapia tiene un efecto descontracturante que puede ser muy útil para relajar el músculo y reducir el dolor y la inflamación. Además, los tiempos de aplicación son muy cortos (10-15 minutos), lo que resulta en un tipo de terapia instrumental que es muy cómoda de hacer, incluso en casa.
También la electroterapia TENS ayuda a reducir el dolor pero no actúa en la inflamación.
Si la contractura dura mucho tiempo, los músculos pueden verse afectados por fenómenos degenerativos y fibrosos. En estos casos podría ser necesario eliminar la contractura con una intervención de sección de los grupos musculares irrecuperables.
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