La palabra Linfedema proviene de la unión de las palabras «linfa» (líquido con una alta concentración de proteína secretada por el sistema linfático) y de la palabra «edema» del griego οδημα, que significa «hinchazón». Por lo tanto, una extremidad afectada por el linfedema será una extremidad «hinchada de linfa».
El linfedema es una patología crónica que se está volviendo cada vez más importante en el campo científico para la aplicación de tratamientos cada vez más efectivos. De hecho, resulta que ya no es una patología sin respuesta, sino un campo abierto tanto a diferentes posibilidades de tratamiento como a grandes desarrollos futuros.
¿Qué es un linfedema?
El linfedema es un edema, o una acumulación de líquido, con una alta concentración de proteína intersticial. Se debe a una reducida capacidad de transporte por la circulación linfática.
El aumento en la concentración de proteínas lo diferencia de todos los demás edemas y es responsable de los síntomas y signos que permiten la clasificación de linfedema en primario y secundario.
Diferencia entre edema y linfedema
En general, el edema se define como una acumulación anormal de líquidos que se produce en el espacio intersticial del organismo (como por ejemplo en el saco pericárdico, en el espacio intrapleural, en la cavidad peritoneal o en las cápsulas articulares).
Hay muchas causas de edema: las más comunes incluyen insuficiencia cardíaca congestiva, pericarditis constrictiva, síndromes nefróticos, enfermedades hepáticas (cirrosis), reacciones alérgicas (urticaria o angioedema), mala absorción, malnutrición calórico-proteica, apnea obstructiva del sueño, embarazo o efectos secundarios de los medicamentos. Cuando está presente un edema unilateral o asimétrico, se sospecha una trombosis venosa.
El edema localizado generalmente se debe a celulitis, insuficiencia venosa crónica, trombosis venosa profunda, linfedema o síndrome de May-Thurner. Cuando la zona edematosa está caliente y los signos vitales del paciente son inestables (febril, taquicárdica o taquipnea), se deben sospechar causas infecciosas y/o trombóticas.
Linfedema primario y secundario: diferencias
Por linfedema primario (o congénito) se refiere a un linfedema debido a un defecto, de presunto origen genético, del drenaje linfático que se manifiesta ya en los primeros meses de vida o en una edad temprana, y que se desencadena por alteraciones estructurales del sistema linfático. Se refiere a un linfedema ya evidente en los primeros meses de vida, en la infancia o en una edad temprana. Normalmente aparece después de ya presente en el nacimiento.
Por linfedema secundario se refiere a un linfedema que ocurre después de eventos externos que dañan las vías de conducción linfática. Algunos ejemplos pueden ser la extirpación de estaciones de ganglios linfáticos después de una cirugía oncológica, la degeneración de estaciones de ganglios linfáticos después de la radioterapia, la presencia de eventos traumáticos y parasitosis (incluida la filariasis).
Cómo funciona el sistema linfático
En nuestro cuerpo existen dos grandes sistemas diseñados para transportar la sangre, los sistemas arterial y venoso. Los dos sistemas fluyen hacia la periferia, donde se encuentran los capilares arteriales, venosos e intersticiales.
La sangre arterial llega a través de los capilares y aporta nutrientes a los tejidos, mientras que el sistema venoso comienza a recoger las sustancias de desecho.
El intersticio está compuesto por una red de células y fibras y es el lugar donde fluye el fluido intersticial, compuesto por agua, proteínas, sales minerales y células de diversos tipos.
El sistema linfático es un sistema de drenaje paralelo al sistema venoso y tiene la tarea fundamental de drenar los fluidos intersticiales presentes dentro del tejido conectivo periférico. Si se produce un aumento en la producción del líquido intersticial, el sistema linfático mantiene su equilibrio.
Es precisamente cuando esto no sucede que alcanzamos la condición llamada «edema».
Los síntomas del linfedema
El linfedema genera síntomas característicos como hinchazón crónica de las extremidades, sensación de pesadez, tensión y dolor en la extremidad afectada.
Es una patología que se manifiesta de manera asimétrica. Esto significa que afecta solo un brazo o una pierna. Incluso en los casos raros en que puede afectar ambas extremidades, una extremidad tiende a estar más hinchada que la otra.
La inflamación puede ser leve o estar presente de manera grave, hasta el punto de degenerar en algunos casos a elefantiasis, una enfermedad caracterizada por un engrosamiento anormal de la piel y el tejido conectivo subyacente.
Estos no son los únicos síntomas que se pueden manifestar en un paciente con linfedema.
Los otros síntomas están casi todos relacionados con la piel. Además la piel, además del engrosamiento, se vuelve más frágil y está más expuesta a las infecciones. También es fácil observar una variación en el color, con la piel que se ve más brillante y al mismo tiempo descolorida.
En algunos casos, el sujeto interesado, además de la ponderación y la constricción de la extremidad, puede percibir tensión y picazón en la piel.
Esta es la razón por la cual el linfedema puede ser molesto a pesar de no ser una condición dolorosa.
Linfedema: Las causas
Entre las causas de linfedema se pueden indicar:
Excluyendo el linfedema primario, que recordamos se debe a una malformación y, por lo tanto, a un mal funcionamiento de los vasos linfáticos o de los ganglios linfáticos, el secundario surge como resultado de intervenciones quirúrgicas por patología tumoral con extirpación de ganglios linfáticos.
Otras causas de linfedema son las siguientes:
- de origen parasitario
- relacionados con la insuficiencia venosa crónica de los miembros inferiores
- asociados a problemas sistémicos, por ejemplo cardíacos o hepáticos
- postraumáticos.
El diagnóstico
El diagnóstico de linfedema es un procedimiento esencial para definir las terapias más correctas a implementar.
El linfedema se diagnostica principalmente de forma clínica, es decir, con observación médica directa de la extremidad afectada, aunque puede estar respaldado por pruebas instrumentales que pueden confirmar el diagnóstico sospechoso, como la ecografía, que puede dar una idea clara de la etapa del linfedema.
La principal ventaja del diagnóstico de esta patología es que se caracteriza por verse afectada una sola extremidad y esto nos permite reconocerlo más fácilmente y distinguirlo de otras condiciones patológicas.
Las zonas que se ven principalmente afectadas por el linfedema son las extremidades inferiores (especialmente en el caso del linfedema primario) y las extremidades superiores (especialmente después de intervenciones quirúrgicas oncológicas como la mastectomía)
El diagnóstico diferencial, que es el que intenta excluir entre varios eventos similares a aquellos que no incluyen el conjunto de síntomas encontrados durante los exámenes, debe realizarse en presencia de edema dependiente de insuficiencia cardíaca congestiva, insuficiencia renal e insuficiencia hepática. Estas tres patologías suelen presentar edema entre sus síntomas y, aunque el linfedema no es directamente mortal, si no se trata puede dar lugar a una serie de patologías más graves, como por ejemplo la fibrosis
Las terapias
Para el tratamiento del linfedema las posibilidades terapéuticas son varias. Entre estas se encuentran:
- El linfodrenaje manual
- La presoterapia neumática, de la que hablaremos con más detalle en el siguiente apartado
- La fisioterapia respiratoria
- La hidrokinesiterapia
- La dieta
- La terapia farmacológica
- La terapia física (por ejemplo, la electroestimulación)
- La microcirugía derivativa
En concreto, la presoterapia favorece el desplazamiento de los fluidos, lo que conduce a un aumento de la velocidad del flujo venoso y linfático. Esto limita los procesos de estancamiento y retención, favoreciendo la eliminación de la linfa. La consiguiente reducción del edema alivia el hinchazón y el dolor asociado.
Presoterapia para el linfedema: ¿funciona?
Comencemos con las malas noticias: hasta la fecha, no existe una cura real que haga que el linfedema desaparezca, pero hay formas de detenerlo.
Bajo las indicaciones de su médico, de hecho, hay una serie de procedimientos que tienen como objetivo reducir la hinchazón y promover el drenaje linfático que hemos ilustrado anteriormente y la presoterapia es la protagonista. De hecho, ha demostrado ser absolutamente eficaz en la reducción del edema y, en general, en el movimiento de las estasis linfáticas, ¡pero atención no debe considerarse una «monoterapia»!
Aunque la presoterapia de piernas y brazos puede ser eficaz, debe combinarse con otras prácticas como el drenaje linfático manual, los vendajes linfológicos y el uso de la férula elástica para un resultado mejor y más duradero en el tiempo.
¿Pero qué aparato elegir?
Se necesita un producto que sea versátil en la compresión de la zona afectada y fácil de usar, ya que el tratamiento debe llevarse a cabo todos los días:
¡Por este motivo, la presoterapia domiciliaria puede ser un valioso aliado!
¡I-Press, por ejemplo, es nuestra presoterapia neumática Made in Italy! Fácil y seguro, puede ser tu principal aliado contra el linfedema de piernas y brazos.
En principio de funcionamiento se basa en la posibilidad de ejercer una presión que se mueve en ondas de abajo hacia arriba (distal-proximal), en la zona tratada, utilizando aplicadores especiales construidos en secciones que se inflan en secuencia. ¡Será precisamente la secuencia de inflado y desinflado de los aplicadores (que además dará una sensación agradable y nada dolorosa) la que genere la movilización de líquidos y, por lo tanto, estimule los efectos beneficiosos!
Bibliografia
- Physiology, Edema
Daniella Lent-Schochet; Ishwarlal Jialal. https://europepmc.org - Mortimer PS, Rockson SG. New developments in clinical aspects of lymphatic disease.
- https://www.grupposandonato.it/news/2020/novembre/linfedema-sintomi-cause-trattamenti
- Brown-Dayan-Kataru-Mehrara. The Vicious Circle of Stasis, Inflammation, and Fibrosis in Lymphedema Plast Reconstr Surg. 2023 Feb 1; T