Tendinitis: síntomas y terapia de ultrasonido

Tendinitis: qué es y cómo tratarla con ultrasonidos

Generalmente, la tendinitis se identifica como un dolor en la zona articular entre el musculo y el hueso, independientemente del nivel en el que se produzca el dolor.

En realidad, existen diferentes tipos de tendinitis. El denominador común es la inflamación de la estructura del tendón, que puede producirse en la unión del tendón y el músculo, o en la inserción del hueso. Otras veces, la inflamación afecta a la vaina del tendón, lo que impide que se deslice correctamente.

Ante este estado inflamatorio, el tratamiento preferido es el alivio funcional, es decir, el reposo.

Sin embargo, las terapias instrumentales también pueden utilizarse eficazmente para acelerar la recuperación y reducir la inflamación y el dolor.

En este marco, la terapia de ultrasonido desempeña un papel importante en el tratamiento de la tendinitis, tanto en la fase crónica como en la subaguda (es decir, cuando la fase de inflamación aguda remite, pero sigue causando dolor).

¿Qué es la tendinitis?

Como habrás adivinado por la introducción, la tendinitis es un estado inflamatorio de los tendones.

Los tendones unen el músculo y el hueso, por lo que tienen la función de transmitir el movimiento. A diferencia de los músculos, los tendones no son extensibles, por lo que están sometidos a una mayor tensión mecánica, sobre todo en las zonas donde unen músculo y hueso.

Probablemente ya habrás oído hablar del «codo de tenista», una de las formas más conocidas de tendinitis (epicondilitis).

Es una afección muy común entre los jugadores de tenis, que someten la zona del antebrazo a una gran tensión durante el juego (sin contar el componente traumático relacionado con el impacto de la raqueta con la pelota). Básicamente, la epicondilitis afecta a todos aquellos que realizan movimientos repetitivos de la mano y el antebrazo durante muchas horas al día.

Otro tipo muy común de tendinitis, especialmente entre quienes participan en actividades de carrera o con fuerte aceleración o desaceleración, como el voleibol, el tenis y el pádel, es la del tendón de Aquiles. La inflamación del tendón de Aquiles se produce muy a menudo por la fricción del calzado con el tendón, y puede ser especialmente incapacitante, ya que esta estructura, una vez inflamada, también se ve sometida a esfuerzos fuera de la actividad deportiva.

¿Qué tipos de tendinitis existen?

Las tendinitis pueden ser de varios tipos: traumáticas, microtraumáticas o relacionadas con el estrés.

La principal diferencia entre estos tipos radica en el tiempo de recuperación: una tendinitis traumática tendrá una resolución positiva en menos tiempo, mientras que una tendinitis por estrés tardará más (sobre todo si no se tiene la posibilidad de evitar o limitar la actividad que la provocó).

Las zonas del cuerpo más afectadas por la tendinitis son:

– hombro,

– codo,

– mano,

– rodilla,

– tobillo.

Tendinitis: síntomas

El síntoma principal de la tendinitis es el dolor local. Se agrava con la presión sobre el tendón mismo o sobre la zona de origen a nivel muscular u óseo (en la zona insercional).

En fases más avanzadas, cuando el componente inflamatorio es muy importante, también se produce un aumento de la temperatura local, así como un posible enrojecimiento de la piel y edema.

En estos casos, el dolor persiste incluso en ausencia de estrés, con un particular recrudecimiento en las primeras horas de la mañana tras la inmovilidad nocturna.

Las causas de la tendinitis

Como ya se ha mencionado, la tendinitis puede estar causada principalmente por un estrés mecánico importante, como el resultado de una caída o un esguince, o por un traumatismo directo, así como por sobrecargas funcionales.

Muchos deportistas sufren esta dolencia, de hecho, algunas disciplinas exponen a los tendones a un estrés repetido, sobre todo cuando se recuperan tras largos periodos de descanso o de entrenamiento intensificado.

¿Algunos ejemplos?

– El tenis favorece la aparición de tendinitis del codo como la epicondilitis o la epitrocleitis,

– Los deportes de salto, como el voleibol y el baloncesto, exponen las rodillas y los tobillos a la tendinitis,

– Los deportes de carrera, a menudo debidos a un calzado inadecuado, provocan tendinitis en el pie y el tobillo.

Sin embargo, estas inflamaciones no se deben únicamente a la práctica deportiva.

Actividades que pueden parecer «menos impactantes» pueden sobrecargar los tendones y generar estados inflamatorios, como por ejemplo: tocar el piano o la guitarra (tendinitis de la mano o el codo), montar en moto o bicicleta después de la parada invernal (tendinitis del antebrazo, el codo o los dedos).

Sin duda, para limitar los riesgos, una buena prevención es una excelente estrategia. Sin embargo, una intervención precoz en el tratamiento de la enfermedad también marca la diferencia.
Los ultrasonidos también desempeñan un papel importante en la fase inicial de la tendinitis: limitan el agravamiento de los síntomas y favorecen una recuperación más rápida.

Así se evita que el problema se desarrolle de forma más violenta, obligando al sujeto a interrumpir la actividad que lo provocó.

¿Cómo curar la tendinitis? Terapias y remedios

El tratamiento de la tendinitis pasa, como primera medida, por el reposo funcional. Es aconsejable limitar los gestos o actividades que puedan alimentarla.

Evidentemente, esto no se aplica a las tendinitis de origen traumático.

En las fases iniciales, pero también en las crónicas, los ultrasonidos son una solución excelente, siendo prácticos y, hasta la fecha, fáciles de usar en casa.
La única precaución es no utilizarlos inmediatamente si el estado inflamatorio está en fase aguda, para no aumentar la percepción del dolor de forma incómoda.
Este aumento temporal del dolor también puede producirse en el tratamiento de fases crónicas, pero es transitorio y forma parte del proceso de curación.

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Tendinitis: ¿terapia de ultrasonido o láser?

El láser es un instrumento profesional de alta gama que requiere una gran pericia para ser utilizado correctamente. La ventaja del láser sobre los ultrasonidos es que también puede utilizarse en la fase aguda, es decir, cuando el dolor es más intenso, actuando eficazmente justo sobre el dolor.

En cambio, los ultrasonidos, debido a su naturaleza mecánica, funcionan mejor en las fases iniciales de la aparición de la enfermedad, en la fase subaguda o crónica. Por lo tanto, cuando el dolor es menos ardiente y agudo, dando lugar a una respuesta endógena eficaz.
Además, los ultrasonidos también pueden utilizarse en autonomía, preferiblemente detrás de instrucciones del médico, mientras que el láser debe ser utilizado necesariamente por un profesional.

Tendinitis y ultrasonidos: el truco de la "crisis reactiva”

Los ultrasonidos actúan sobre el tendón creando una tensión mecánica que, de hecho, hace que las estructuras afectadas crean que tienen un nivel de dolor, y por tanto de tensión, superior al que realmente tienen. Esto ocurre gracias a la tensión de las ondas ultrasónicas. De este modo se potencia la respuesta fisiológica endógena, lo que acelera el proceso de curación.
El efecto que se genera se conoce como «crisis reactiva».
Este mecanismo en la fase aguda puede resultar incómodo, ya que el nivel de inflamación y dolor es especialmente elevado. Por lo tanto, en esta fase, lo mejor es interrumpir el movimiento desencadenante durante unos días y, a continuación, iniciar el tratamiento con ultrasonidos.
Es bueno ser conscientes de que puede haber un aumento de los síntomas en los primeros días de tratamiento y que los mayores beneficios se obtienen una vez finalizado el ciclo de sesiones, que es de unas 10.

Si te preguntas cuántos minutos de ultrasonidos al día debes hacer, debes saber que cada sesión puede durar entre 5 y 10-15 minutos. ¡Sesiones cortas para resultados rápidos!
La duración del tratamiento oscila entre 5 y 15-20 minutos en función del problema. Cinco minutos pueden ser suficientes para tratar una contractura o para apoyar el calentamiento previo a la carrera de una zona específica. En cambio, para tratar problemas tendinosos o articulares, es necesario prolongar el tratamiento de 15-20 minutos para crear una estimulación local suficiente que desencadene una crisis reactiva adecuada.

Cuándo no hacer ultrasonidos

La terapia de ultrasonido no se recomienda en las fases agudas de las enfermedades tanto traumáticas como relacionadas con el estrés, es decir, cuando el nivel de dolor es elevado o es evidente un aumento de la temperatura local, indicativo de un estado inflamatorio agudo importante.

Ejercicios para la tendinitis

En la fase aguda, el movimiento no es una buena forma de reducir la tendinitis, ya que la tensión sobre el tendón puede aumentar fácilmente su estado inflamatorio.
Por el contrario, en la fase crónica, los movimientos que implican al músculo relacionado con el tendón doloroso pueden favorecer una reducción de la inflamación al aumentar la vascularización. En esta fase, los movimientos deben realizarse sin carga o con una carga mínima, con el único objetivo de realizar el movimiento correcto para favorecer el deslizamiento del tendón en su vaina.

La actividad que puede realizarse con cuidado en la fase aguda son los estiramientos. De este modo, se puede reducir la tensión basal del músculo, con lo que también disminuye la tensión mecánica sobre el tendón afectado por la patología.
Los estiramientos deben realizarse de forma progresiva sin aumentar el dolor durante su ejecución, para no desencadenar una rápida cronificación del dolor.

Siempre recomendamos buscar asesoramiento profesional antes de realizar ejercicios que, si se hacen de forma incorrecta, podrían no ayudar a la afección inflamatoria.

Terapia de ultrasonido a domicilio

Los ultrasonidos, por tanto, son una herramienta excelente para intervenir a tiempo en la aparición de tendinitis, independientemente del distrito corporal afectado.
Un instrumento fácil de usar y portátil es la opción más lógica para poder intervenir de forma independiente en cuanto se empiecen a notar los primeros síntomas.
Con una frecuencia fija, que también es adecuada para una eficacia en profundidad, y una intensidad ajustable en tres niveles, Powersonic es un dispositivo médico ideal para tratar afecciones como la tendinitis y también es una herramienta ideal para los deportistas.

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